4.5.17



EL CSCAE PREFIERE CONCURSOS RESTRINGIDOS.

A diferencia de lo que sucede en otros países, el standard español de concursos públicos de arquitectura y urbanismo ha sido tradicionalmente la modalidad de Abierto, muchas veces anónimo.

Bien es cierto que la transparencia no ha sido ejemplar; que las convocatorias por urgencia son abusivas; que ha cundido la convicción en la profesión de que era inútil concursar porque los concursos "están dados".
Pero aún así, los concursos han sido para muchos una forma de acceder a los encargos públicos, iniciarse en la profesión; hacer, en suma Arquitectura.

La crisis económica ha ido modificando los comportamientos.
Por una parte, muchos compañeros se han orientado hacia los escasísimos concursos públicos ante la desaparición del trabajo en el sector privado. 
Por otra, las administraciones se han defendido elevando las exigencias de solvencia a fin de reducir la masiva concurrencia de propuestas.
Y para acabar, las mismas administraciones han aprovechado la desesperación de los arquitectos imponiendo precios irrisorios vía bajas económicas y subastas.

Un panorama desalentador, que requeriría un gran esfuerzo para reencauzar la situación.
En cambio, las organizaciones colegiales, con el CSCAE a la cabeza, optan por lo más fácil: eliminar la competencia. Volver a ser pocos arquitectos, como antaño. 

La modalidad preferida del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España es el Concurso Restringido. Solo podrán optar a encargos públicos los seleccionados en una fase previa, nominal. No más concursos abiertos, no más anonimato. El ejercicio de la Arquitectura, un bien escaso solo para disfrute de unos pocos.

Si quienes dirigen los Colegios creen que hay demasiados arquitectos deberían hacer otra cosa: cambiar de profesión.






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