11.5.15

¿EL COLEGIO ES CARO? UNA ESTRATEGIA ECONÓMICA PARA EL COAM

La situación actual.

El Colegio, como todos nosotros, ha atravesado un período de graves dificultades económicas.


Por una parte, las consecuencias de la crisis de la profesión: reducción del número de colegiados, reducción del volumen de trabajo profesional. Consiguientemente una caída dramática de la recaudación por cuota ordinaria y por cuota de visado.

En segundo lugar, la necesaria reducción de personal plasmada en dos EREs que, por si mismos conllevan una importante carga económica.

Y el gran esfuerzo de construir y hacer funcionar el complejo Hortaleza 63.

Pero además de ello, el Colegio ha continuado con su labor: representación y defensa de la profesión, formación y perfeccionamiento profesional, colaboración con las Administraciones Públicas, asesoramiento técnico y jurídico, organización de concursos, y tantos otros cometidos que la Ley y nuestros Estatutos definen como fines de la institución.


EL COAM se nutre de la Cuota Ordinaria, que pagamos todos; y de la Cuota de visado, que solo pagan algunos. Sin embargo, estos ingresos no han sido suficientes. Es por ello que ha sido necesario complementarlos con los derivados del alquiler de espacios para eventos; con el alquiler o venta de las plazas de aparcamiento propias; con la venta del patrimonio inmobiliario previo; con la explotación de un parking de rotación; y con el alquiler del espacio para restaurante.
Además, el Colegio se ha visto obligado a endeudarse.



A causa de las dificultades señaladas el COAM ha mantenido en los actuales niveles el importe de la Cuota Colegial, si bien añadiendo bonificaciones a aquellos compañeros en especial dificultad. También unos precios de visado no tan bajos como muchos necesitan.

El importe de la Cuota Colegial ha sido la principal causa de la pérdida de colegiados. Una pescadilla que se muerde la cola: cuantos menos somos, más cara ha de ser esa Cuota, so pena de recortar servicios.
Mientras que el importe de la Cuota de Visado perjudica singular y proporcionalmente más a quienes presentan trabajos medianos o pequeños.

Finalmente: la austeridad no se ha practicado de la forma que exigen las circunstancias. No se entiende que se haya contratado nuevo personal cuando una reorganización de los esfuerzos de la plantilla hubiera permitido dar respuesta a las necesidades.


Las prioridades económicas de PROCOAM.

Esta candidatura – a diferencia de otras - no tiene la varita mágica.
No es tarea fácil conseguir un Colegio de calidad, útil a los colegiados, que les brinde los servicios que necesitan y demandan. Y que sea, a la vez, barato y universalmente accesible.

Pero las dos cosas son a nuestro parecer objetivos irrenunciables que requieren una labor constante y un empeño pertinaz. Algo que hay que hacer en condiciones de transparencia, sin retacear la información, a fin de que todos conozcan lo que se hace y porqué en su Colegio.


El primer esfuerzo debe ponerse en la eficacia. Conseguir lo mismo con menor esfuerzo optimizando procesos permite liberar capacidades infrautilizadas para destinarlas a otros cometidos. No es necesario contratar más personal sino aprovechar el que tenemos.

Hay que practicar la austeridad, que no equivale a despojar de actividad al Colegio. Cuanto menos se malgasta en cada cosa que se hace, cuanto menos cosas innecesarias se hacen, más cosas útiles se pueden hacer.

Es importante recuperar a los que se han descolegiado y conseguir que se colegien los que no lo hacen. No solamente para que participen de la institución que les es propia y reciban sus servicios; sino también porque la mayor escala permite abaratar los costos que afronta cada uno y es la mejor solidaridad.
Trabajar por tanto por el abaratamiento de la Cuota Colegial y la ampliación de las bonificaciones, el mejor instrumento para ampliar la colegiación. Un Colegio de pocos es un Colegio en extinción.

Trabajar también por el abaratamiento del visado que pagan los colegiados, sobre todo el de medianos y pequeños visadores, quienes solo en algunas ocasiones pueden transferir el costo a sus clientes. Conseguir un visado de precios más competitivos frente a otros colegios profesionales con atribuciones compartidas es atraer visado y por tanto atraer ingresos.

Tender a la reducción progresiva de la carga de la deuda a fin de evitar los sobrecostos derivados del pago de intereses. El COAM no es ni debe ser una empresa.

Mantener las fuentes no tradicionales de financiación es por ahora obligado. Debe intentarse que los eventos sean rentables al tiempo que estén en concordancia con el carácter de la institución colegial.
Pero a la vez, rentabilizar el know how del COAM: cursos on line, producción de software, asesoramiento técnico a empresas y tantas cosas más pueden ser otras tantas ocasiones para incrementar los ingresos.

Finalmente. Recuperar el colegio solidario, en el que quienes más pueden más contribuyen, en beneficio de la institución y apoyando a sus compañeros, es volver a la esencia de nuestra organización. Un colegio sin solidaridad no es un colegio.


Las perspectivas.

Los indicadores son mejores que en el pasado: aumentan las colegiaciones, se reducen las bajas, aumenta el visado. Pero el futuro es aún incierto. La recuperación del sector de la construcción solo es embrionaria y no es posible hacer previsiones ciertas. Podría tratarse de una mera burbuja de papel.

Por ello la gestión económica debe ser prudente y responsable, sin renunciar a que el Colegio siga siendo lo mejor que compartimos. Los colegiados no merecen otra cosa, y no la consentirán.

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